La plaza es mucho más que un espacio urbano amplio: es un punto de encuentro para sus ciudadanos y visitantes, una seña de identidad de sus ciudades, un corazón en el que late la vida social. Y con Mandala Tours, puedes descubrir algunas de las mejores plazas del mundo musulmán. En este post te mostramos algunas de ellas.
Plaza de Jemaa el Fna, Marrakech
Pocas plazas son, en sí mismas, Patrimonio Mundial de la Unesco. Y esta es una de ellas, no tanto por la arquitectura que la caracteriza y sí por el ambiente genuino que aquí se vive cada día y cada noche. Su espacio es ocupado por los puestos de un mercado donde el visitante puede encontrar de todo: desde la venta de alimentos hasta espectáculos de acrobacia o encantadores de serpientes. Además, las murallas rojas de la medina y el minarete de la mezquita Koutoubia configuran un fondo muy pintoresco para la plaza, considerado el centro neurálgico de Marrakech.
Plaza de Uta el Hammam, Chaouen
Al igual que la anterior, se ubica al pie de la medina, en su ingreso principal. Y el ambiente también suele ser animado, en este caso por la existencia de numerosos locales en su perímetro. Pero aquí hay dos elementos distintivos e icónicos. Por un lado, su kasbah o castillo del siglo XIV, hoy reconvertido en Museo Etnográfico. Y por otro, su monumento central, que no es obra del hombre sino de la naturaleza: un imponente cedro centenario. Y por supuesto, un ambiente bañado en color azul, tan característico de Chaouen, en las montañas del Rif.
Plaza de Sultanahmet, Estambul
La plaza de Sultanahmet, en Estambul, lleva el nombre del sultán Ahmed I, del siglo XVII, que si bien no fue el gobernador más poderoso del imperio otomano, sí fue uno de los más refinados en cuanto a gustos artísticos. De hecho, fue promotor de importantes construcciones y mezquitas. Sin embargo, también la verás nombrada como plaza del Hipódromo, pues tiene este enorme espacio alargado porque aquí estuvo precisamente el circo romano de Constantinopla, que cayó en desuso tras la conquista otomana. Aún conserva algunos de los monumentos que decoraban la spina, como son la Columna Serpentina, el Obelisco de Teodosio y el Obelisco de Constantino.
Plaza de Konak, Esmirna
La Plaza de Konak de Esmirna tiene la consideración de centro neurálgico y punto de encuentro de la ciudad. Pero tiene una particularidad que la hace diferente al resto: se encuentra frente al mar Egeo, lo que le otorga una luz y una frescura especial. En realidad es un espacio muy amplio con áreas ajardinadas, y el monumento central, auténtico símbolo de la Esmirna moderna, es la Torre del Reloj, construida en 1901, obra del arquitecto de origen francés Raymond Charles Père. En este amplio espacio se ubican también el Ayuntamiento de la ciudad y una gran mezquita, entre otras construcciones.
Plaza de Tahrir, El Cairo
Por último, la plaza más popular de la capital de Egipto, El Cairo, es la de Tahrir. Las construcciones que la forman no tienen, ni mucho menos, la historia de otros edificios del país, pero en el centro se erige un monumento que la conecta con el periodo glorioso del Antiguo Egipto: el Obelisco de Ramsés II, trasladado aquí en 2020. Se considera el corazón de la ciudad y no es casualidad que aquí se hayan producido episodios importantes de la historia reciente de Egipto, como las movilizaciones durante la Primavera Árabe, en 2011. Además, en uno de los extremos de este gran espacio se encuentra el Museo Egipcio, por lo que se trata de una plaza de paso obligado para todos los turistas.