Desde hace muchos siglos y aunque con altibajos, el teatro ha sido uno de los grandes entretenimientos para su población, así como un lugar de encuentro y socialización. En la actualidad, sigue siendo así, con grandes teatros y modernos recintos donde se interpretan obras y conciertos, o bien antiguos teatros que se engalanan de vez en cuando para servir de marco incomparable para festivales y otras actuaciones. Y en los casos en los que sólo quedan algunas ruinas, se mantienen como espacios arqueológicos dignos de visitar. En los destinos en los que trabaja Mandala Tours, hay teatros que merece la pena conocer, y aquí te damos algunos ejemplos.
Teatros antiguos, monumentos arqueológicos
Durante la Antigüedad, el teatro vivió uno de sus momentos álgidos. Y prueba de ello son los grandes recintos que han llegado hasta nosotros, en muchos de nuestros destinos. Fue en Grecia donde surgió su versión como ‘arte dramático’, y sus recintos aprovechaban la pendiente de una montaña para establecer su graderío.
Algunos de los más espectaculares están en Turquía, pues la costa del Egeo estaba plenamente integrada en el ‘mundo de la Antigua Grecia’, compartiendo una misma cultura e incluso idioma. Uno de los más espectaculares, por su ubicación, está en la Acrópolis de Pérgamo (Turquía).
Los ‘herederos’ naturales de los griegos fueron los romanos, que expandieron su imperio por todo el Mediterráneo. Y algunos de los teatros antiguos más espectaculares que puedes visitar en Turquía con Mandala Tours son precisamente de aquella época. Destacan los dos de Éfeso: el enorme Gran Teatro y el Odeón, señal de que esta fue una de las mayores ciudades de la Antigüedad. Y el teatro de Hierápolis destaca igualmente por la belleza de su escena, con un hermoso fondo de columnas y esculturas.
En Jordania encontramos igualmente bellísimos ejemplos. Uno de los más destacados es el Teatro de Ammán, la capital, siendo éste uno de sus grandes atractivos turísticos. Por ello y por su buen estado de conservación, es lugar habitual de celebración de eventos de la capital, como ferias y conciertos.
En Jerash, el teatro, o mejor dicho, sus teatros (pues al igual que Éfeso tiene dos) son también lugares de referencia para la ciudad y su festival cultural, que se celebra en verano con conciertos, recitales de poesía y, cómo no, obras de teatro.
Pero una de las mejores sorpresas que se lleva el viajero es el Teatro de Petra, pues no fue construido ni por griegos ni por romanos, sino por los nabateos, civilización que forjó un imperio gracias a su estratégica posición comercial y logística. Su teatro, excavado magistralmente en la roca (como todo el resto de la ciudad) es una inmejorable muestra del grado de refinamiento cultural que alcanzó aquella sociedad.
Teatros modernos y contemporáneos
En época medieval, el teatro experimentó grandes cambios, convirtiéndose en una expresión más bien callejera e itinerante. Y en época moderna comenzó a evolucionar, diversificándose en diferentes géneros, lo que motivó también la creación de espacios específicos para cada uno de ellos.
En el tema que nos ocupa, es interesante destacar la ópera musical: si bien es un género originariamente italiano, se divulgó por todo el mundo, especialmente en el siglo XIX. Por aquel entonces, El Cairo y Egipto en general experimentaron un gran auge, gracias sobre todo a grandes proyectos como el Canal de Suez. Y buena prueba de ello es que el estreno mundial de la Aida de Verdi se produjo en el Teatro del Jedive de la capital egipcia, pues de hecho fue un encargo de Ismail Pachá y se ambienta en Menfis y Tebas. Por desgracia, ese teatro ardió justo un siglo después, en 1971, así que ahora su testigo lo ha recogido la Opera House, en la isla de Gezira.
Por último, se puede mencionar otro proyecto muy distinto, en este caso en Marruecos: el Gran Teatro de Rabat, obra de la famosa arquitecta anglo-iraquí Zaha Hadid, cuyo diseño futurista e innovador promete revolucionar la capital del país, llevándola a la vanguardia en lo que a arquitectura se refiere.
