Bañarse con fauna marina, de la mano de Mandala Tours

Muchos viajeros visitan los países de nuestro catálogo por su historia y cultura, por deseos de peregrinación o por las delicias gastronómicas que ofrecen. Pero también son muchos los que nos eligen para poner en práctica otra actividad: el buceo y la inmersión en aguas abiertas para bañarse con fauna marina. Aquí te mostramos algunas de las zonas con mayores posibilidades en este sentido, por si tú también tienes entre ceja y ceja disfrutar de las riquezas que esconde el mar en su interior.

El Mar Rojo, la auténtica Meca del buceo

No es exagerado decir que el Mar Rojo es probablemente el mejor lugar para practicar buceo y snorkel del mundo. Por sus aguas claras y cristalinas, por su temperatura cálida durante todo el año (así como en la superficie) y por la variedad de especies que aquí se pueden observar. Además, es apto para todo tipo de buceadores: desde los más experimentados a los que se sumergen por primera vez.

Muchas de las especies marinas que se pueden avistar de cerca están presentes a escasa distancia de la orilla, como el pez león o el pez napoleón. Otras, en cambio, requieren de travesías en barco para poder llegar a mar abierto. Ese es el caso, por ejemplo, del delfín: darse un baño con estos entrañables mamíferos marinos resulta una experiencia inigualable. Ninguna empresa puede garantizar que el encuentro se vaya a producir, pero no es infrecuente que se dé esta posibilidad.

Así ocurre en el entorno de Sharm el-Sheij, frente a las costas meridionales de la Península del Sinaí, por ejemplo en el Parque Nacional de Ras Muhammad. Desde aquí se fletan embarcaciones privadas para travesías de varios días que incluyen esta posibilidad en el programa. Esta experiencia también se puede organizar desde otros destinos de la costa continental de Egipto, como por ejemplo Hurghada

Y quienes quieran partir desde Aqaba, en Jordania, también es posible realizar inmersiones entre peces autóctonos, aunque el litoral aquí es más pequeño y, dada la cercanía del puerto industrial de la ciudad, la biodiversidad es menor.

El Mar Egeo turco, otra área llena de posibilidades

Turquía también se está posicionando como un destino interesante para el buceo con fauna marina. Especialmente, en áreas del Mar Egeo, donde los más afortunados podrán avistar en vivo y en directo ejemplares de foca monje, tortugas, pulpos y bancos de peces. Así ocurre frente a las costas de Gökova, Bodrum, Fethiye o Marmaris, donde también hay arrecifes de coral. Pero si hubiera que destacar un destino, ese sería Kas, en la Riviera Turca, con numerosos ejemplares de raya águila, pez loro o pez estandarte, entre otros muchos.

En algunos casos, esa biodiversidad se genera de manera espontánea alrededor de otros de los atractivos submarinos de la zona (que no es precisamente fauna marina): pecios y buques de carga o de guerra hundidos en el pasado.

En esto último, el destino de referencia es sin duda Çanakkale, que tuvo una importancia capital en la Primera Guerra Mundial… como puede verse en los acorazados que ahora descansan en el fondo del mar. Todo ello conforma el Parque Submarino Histórico de Gallipoli, en el que también se pueden avistar distintas especies submarinas.

El Mediterráneo marroquí, en auge

La costa mediterránea de Marruecos, que va desde el Estrecho de Gibraltar hasta la frontera con Argelia, también está despegando en el sector del buceo y las inmersiones para todos los niveles. En Tánger, Nador o Alhucemas cada vez son más las empresas que ofrecen esta actividad. La fauna marina aquí no es de grandes dimensiones, pero sí resulta interesante para explorar las paredes submarinas y las cuevas que se forman aquí, con presencia de estrellas de mar, crustáceos y otras especies.

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