El desierto es un ecosistema natural que fascina a todo aquel que lo visita, sobre todo si sabe en qué centrarse y cómo exprimir al máximo la experiencia. Y en eso están especializadas las agencias de Mandala Tours: aquí te mostramos algunos desiertos espectaculares que forman parte de nuestros circuitos o que, si así lo deseas, podemos integrar en un viaje totalmente personalizado.
Wadi Rum, en Jordania, Patrimonio de la Humanidad
Abrimos nuestro listado de desiertos espectaculares con Wadi Rum, en Jordania. Y no lo hacemos por casualidad: es el único de este listado que está declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. Su paisaje de montañas peladas y rojizas, con puentes de arena inverosímiles y cañones con petroglifos son sencillamente únicos. Además, está muy relacionado con Lawrence de Arabia, lo que le da mayor sugestión.
Desierto del Sahara, en Marruecos
El desierto del Sahara es el más grande del mundo y atraviesa numerosos países en África. Con Mandala Tours podrás descubrir algunas de sus fracciones más hermosas, en el sur de Marruecos. En concreto, sus ergs o campos de dunas, como Erg Chebbi (desierto de Merzouga) o Erg Chigaga (desierto de Zagora). Pernoctar en los campamentos de jaimas bereberes es toda una experiencia, así como llegar hasta ellos en dromedario o en 4×4. En su entorno, además, es posible conocer la vida de familias seminómadas o incluso presenciar actuaciones en directo de músicos gnawa, un folclore que también está protegido por la Unesco.
Desierto de Néguev, en Israel
Situado en el Distrito Meridional, al sur del país, este desierto es una grata sorpresa, sobre todo para los amantes de la geología. Entre sus principales atractivos están sus tres cráteres, en especial el makhtesh Ramón, considerado una de las formaciones cratéricas no meteóricas más grandes del mundo. Además, es uno de los desiertos más accesibles para todo tipo de personas, gracias a su buena señalización y a otros recursos de apoyo, incluso para personas con movilidad reducida.
Desierto Occidental (y sus colores), en Egipto
Egipto es uno de los países del mundo con mayor terreno de desierto, pues se extiende a ambos lados del Nilo, siendo este río la excepción (a pesar de concentrar a casi toda su población en su valle). El Desierto Occidental es el más grande del país, y está jalonado por varios oasis de enorme interés: el de Bahariya, el de Siwa o el de Farafra, entre otros. En este desierto hay varios espacios de gran interés, marcados por su color: el Desierto Blanco y el Desierto Negro. El primero, dominado por piedra caliza blanca, con formaciones en forma de esculturas naturales por efecto de la erosión. El segundo, por su piedra de origen volcánico.
Desierto del Sinaí, en Egipto
Otro de los grandes desiertos de Egipto es el que se extiende por la Península del Sinaí: es, en realidad, una extensión del Desierto Arábigo, de la vecina península del mismo nombre, y llama la atención por su carácter montañoso. Eso, unido a los lugares sagrados que alberga, conforman una visita única. En especial, subir al Monte Sinaí (Monte Horeb para los judíos), donde Moisés recibió las Tablas de la Ley. O visitar el cercano monasterio de Santa Catalina, con una arquitectura monumental y lugares llenos de simbolismo, como la Zarza Ardiente del propio Moisés.
Como ves, no hay dos desiertos iguales y todos ellos esconden espacios llenos de gran interés. Si quieres descubrirlos o practicar en ellos actividades de lo más fascinante, como yoga u observación de las estrellas, sólo tienes que ponerte en contacto con nosotros para configurar un viaje a medida.