La mayoría de países por los que puedes viajar con nuestras agencias tienen como religión principal el Islam. Y este marzo de 2025 coincide con el mes en el que los creyentes practican el ayuno diurno. Por ello, consideramos una buena ocasión para darte un catálogo de consejos para visitar un país musulmán durante el Ramadán, ya sea de este año o de años venideros.
#1. Redobla tu empatía
Este consejo vale para cualquier momento del año, pero adquiere especial importancia durante el Ramadán. Debes tener en cuenta que las personas musulmanas (salvo excepciones como niños, ancianos y embarazadas) no pueden comer ni fumar ni practicar relaciones sexuales desde el amanecer hasta el anochecer. Y eso puede hacer que algunas personas estén más susceptibles, como es lógico. Por tanto, debes evitar actitudes que puedan ser consideradas irrespetuosas o, al menos, carentes de empatía. Por ejemplo, comer delante de ellos, fumar en público o llevar una vestimenta que pueda considerarse provocativa (por ejemplo, escotada o dejando los hombros y las rodillas al descubierto).
#2. Más paciencia
Consciente o inconscientemente, el ritmo de la vida se ralentiza durante el día. Por un lado, muchos establecimientos cierran o reducen su jornada de apertura, como veremos en el siguiente punto. Y por otro, quienes sí mantienen su rutina laboral con normalidad pueden trabajar a un ritmo más lento, para economizar esfuerzos y sobrellevar mejor la jornada sin ingerir alimentos. Por ello, se recomienda no apremiar a otra persona a que atienda con mayor celeridad o situaciones similares, relacionadas directamente con la empatía antes mencionada. Por todo ello, una sonrisa en el rostro será siempre una gran aliada.
#3. Mayor organización horaria
Durante el Ramadán, los horarios de apertura de los comercios y las administraciones se ven modificados. Normalmente, reducen el número de horas de atención al público, cerrando una o varias horas antes. En otros casos, cierran por completo. Por tanto, es posible que esos cambios afecten a un programa estándar, que no tiene en cuenta situaciones de este tipo. Por ello, conviene programar con antelación cuestiones como la visita a monumentos o la compra de productos básicos. Los horarios del transporte público también pueden sufrir variaciones: menos frecuencias durante el día, por la mencionada ralentización de la jornada, pero también más frecuencia al caer la noche para favorecer esos movimientos tras el atardecer, para acudir a rezar a la mezquita (rezo del anochecer o maghrib) o para desplazarse a las cenas familiares del iftar (ruptura del ayuno).
#4. Felicita el Ramadán
Si durante tu viaje vas a entablar una conversación con musulmanes locales, agradecerán que les felicites este mes, de igual manera que se suelen felicitar las fiestas navideñas a las personas cristianas. La fórmula más adecuada para realizar esta felicitación es Ramadan Mubarak o Ramadán Kareem, y se suele emplear tras el iftar, cuando se rompe el ayuno y la alegría invade a todos los creyentes. De esta manera, la felicitación sirve de reconocimiento implícito por el esfuerzo que están realizando.
#5. Comparte el momento
Un paso más en el respeto y empatía durante el Ramadán es, precisamente, compartir dicho momento con los propios musulmanes. Esto no significa ayunar como ellos (aunque puede ser una elección voluntaria de gran consideración) sino, sobre todo, formar parte de sus celebraciones, si recibes la invitación para ello. Por ejemplo, acudir a alguna reunión efectuada por una asociación cultural musulmana que busca explicar el sentido de este mes a los no creyentes. O sobre todo, participar en una cena de iftar, que las familias y grupos de amigos pueden compartir con allegados no musulmanes si tienen suficiente confianza para ello.